7 1 Hijo mío, guarda mis palabras, almacena mis mandamientos dentro de ti. [Hijo mío, honra a YAHWEH, y serás fuerte, y no temerás a nadie sino a El.][24] 2 Obedece mis mandamientos y vive; guarda mis enseñanzas como la pupila de tus ojos. 3 Atalas a tus dedos; escríbelas en la tabla de tu corazón. 4 Di a la sabiduría: "Tú eres mi hermana"; y obtén prudencia como una compañera para ti, 5 para que te puedan guardar de las mujeres extrañas, de las mujeres licenciosas con su hablar seductor. 6 Pues yo estaba a la ventana de mi casa, mirando por las celosías, 7 cuando vi entre los jóvenes allí, entre aquellos que no piensan por sí mismos, a un joven falto de todo sentido. 8 El cruza la calle cerca de su esquina y continúa hacia su casa. 9 La tarde se convierte en crepúsculo, y finalmente en noche, oscura y negra. 10 Entonces una mujer se acerca a él, vestida como prostituta, que causa al corazón del joven palpitar. 11 ella es vulgar y del tipo impulsivo, cuyos pies no se quedan en casa; 12 más bien, ella acecha en las calles y en las plazas, escondiéndose en todas las esquinas. 13 Ella lo agarra, le da un beso, y, con semblante descarado, le dijo: 14 "Tuve que ofrecer sacrificios de Shalom, y hoy tuve que cumplir mis votos. 15 Por esto salí a tu encuentro, para buscarte, ahora te he encontrado. 16 He puesto colchas en mi cama hechas de colorido lino de Mitzrayim. 17 He perfumado mi cama con mirra, áloes y canela. 18 Ven, hagamos el amor hasta la mañana; disfrutaremos haciendo el amor. 19 Mi esposo no está en casa, se ha ido a un largo viaje; 20 llevó una bolsa de dinero con él y no estará de regreso hasta muchos días." 21 Con todo su hablar zalamero ella lo convence, incitándolo con sus palabras seductoras. 22 A una él la sigue como buey en camino al matadero; como un necio a ser castigado en la prisión; 23 o como un pájaro que se precipita sobre la trampa, sin saber que está arruinando su vida hasta que una flecha atraviesa su hígado. 24 Así que, ahora, hijos, escúchenme; presten atención a las palabras de mi boca. 25 No permitan que su corazón se vuelva a sus caminos; no se extravíen en sus sendas. 26 Porque muchos han sido golpeados de muerte por ella, numerosos los que ella ha matado. 27 Su casa es el camino al Sheol; conduce abajo a las cámaras de muerte.